¿Sabías que tu perro puede saber la hora gracias a su olfato?

Gracias a su prodigioso olfato y su capacidad de retener patrones de comportamiento, los perros son capaces de detectar cambios que les permiten identificar, a su manera, qué hora es.

Los perros nos indican puntualmente cuándo es su hora del paseo, de la comida o incluso cuándo está a punto de llegar a casa un miembro de la familia. Parece fruto de una extraordinaria intuición y muchas veces lo atribuimos a su inteligencia, pero esto es sobretodo gracias a la rutina: los perros saben cuándo les toca hacer ciertas cosas porque son rutinas que se repiten.

Por otra parte, a un nivel menos consciente, el cuerpo del perro sabe identificar los ciclos de día y noche, no solo por la intensidad de la luz sino también por las variaciones de temperatura. 

Pero lo más interesante es ver qué otros mecanismos naturales juegan a favor de que tu mejor amigo pueda entender el paso del tiempo, los hábitos de las personas con las que convive y cuándo se acerca la hora de salir a pasear o de ir al veterinario.

El poder de los sentidos

El sentido más extraordinariamente desarrollado de los perros es su olfato, que es entre 10.000 y 100.000 veces más potente que el humano. Esto les permite identificar cambios en el ambiente que para nosotros resultan imperceptibles. La trufa o nariz de los perros es como un reloj biológico incorporado

Cada ser, humano o animal, tiene un olor único, que procede principalmente de las partículas que se desprenden de la piel y flotan en el ambiente. Por eso, aunque alguien salga de casa, su olor permanece en estas partículas.

Este olor se va atenuando con el paso de las horas, y ahí entra en juego el arsenal olfativo de los perros: al lamerse la trufa, están capturando estas partículas olorosas y su potente olfato es capaz de determinar y reconocer la variación en dicha concentración con el paso de las horas. Por eso, el olfato les indica cuánto tiempo ha pasado desde que alguien salió y cuándo es probable que regrese.

Pit Bull

A medida que avanza el día, el aire caliente se eleva y, por lo general, circula en corrientes a lo largo de las paredes hasta el techo, se dirige hacia el centro de la estancia y cae. Si pudiéramos visualizar el movimiento del aire a lo largo del día, veríamos esos ciclos de olores que permiten a los perros anticipar las actividades que se producen en horas concretas, como la comida o el paseo.

Además, los perros también son grandes observadores del lenguaje facial y corporal y gracias a eso son capaces de relacionar ciertas acciones o expresiones con una consecuencia concreta. Experimentos de conducta han comprobado que los perros pueden anticipar los resultados de comportamientos similares solo por cambios mínimos en la expresión facial, el tono de voz y hasta la postura corporal: si tienes la sensación de que tu perro sabe cuándo estás intentando engañarlo, prometiéndole un paseo cuando la intención real es ir al veterinario, estás en lo cierto, ¡lo sabe!

Fuente: National Geographic

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